En la iglesia de San Juan Bautista, en el Gran Beguinaje de Lovaina, podrás recorrer los pasillos por donde todavía resuenan los ecos de los pasos de las beguinas. Este bien declarado Patrimonio Mundial de la Unesco es una visita obligada para cualquier amante de la cultura.
Iglesia de San Juan Bautista
La iglesia de San Juan Bautista, que originalmente era una iglesia de beguinaje, fue erigida entre 1305 y 1440. Los beguinajes surgieron en el siglo XII como respuesta a las reformas religiosas. Eran comunidades de mujeres que llevaban una vida evangélica, pero sin hacer los votos monásticos tradicionales. Se dedicaban a la enseñanza, al cuidado de enfermos y a otras actividades sociales. En Lovaina, tanto el Gran Beguinaje como el Pequeño Beguinaje se fundaron en torno al siglo XIII. La iglesia, el edificio más antiguo del Gran Beguinaje, combina el gótico primitivo con elementos románicos. Un elemento típico de la iglesia del beguinaje es su austeridad, sin crucero, sin un coro marcado y sin capillas laterales. En la actualidad, el interior está escasamente amueblado y decorado, pero antaño no fue así. El paso de la Revolución Francesa, con la confiscación de los edificios y las sucesivas restauraciones, provocó el desmantelamiento parcial del interior. Después de su restauración, que se produjo entre 1978 y 1985, el interior refleja la renovación eclesiástica y litúrgica inspirada por el Concilio Vaticano II. La Unesco reconoció el Gran Beguinaje de Lovaina como Patrimonio Mundial en 1998, junto con otros doce beguinajes de Flandes.
Parábola de las diez vírgenes
Durante las obras de restauración de 1978-1980 en la iglesia de San Juan Bautista del Gran Beguinaje se descubrieron restos de murales medievales. Datan del siglo XV y representan la parábola de las diez vírgenes, cinco necias y las otras cinco prudentes. La pintura al temple muestra a las vírgenes prudentes subiendo al cielo. En lo alto de la escalera, Cristo se erige como el novio místico. Las vírgenes necias descienden a los infiernos. Al final de la escalera, en una sala abovedada con altar, unas beguinas con hábito negro y velo beige representan distintas virtudes y vicios. El mural tiene un carácter moralizante. Los fragmentos de texto y las citas bíblicas que las acompañaban estaban escritos en lengua vernácula, para beguinas que sabían leer pero que no dominaban el latín.
Información práctica
Accesibilidad
Fácilmente accesible para personas con discapacidad.